El otro día hablé de cómo había tenido contacto, tras muchos años sin que ninguno supiera del otro, con la primera chica con la que tuve una relación. Sé que en un futuro haré mención de las mujeres que han pasado por mi vida porque precisamente pretendía que este blog sirviera para hacer balance de muchas cosas. Curiosamente en los dos últimos meses ha pasado algo con cada una de ellas. Pero pienso escribir en este blog sin dar nombres así que de alguna manera tengo que identificarlas. En un futuro haré referencias a ella de esta manera.
A. Fue la primera chica con la que estuve. Tuvimos una relación efímera de "amigos con derecho". El grupo en el que coincidimos implosionó al poco tiempo y nuestras vidas cambiaron radicalmente tomando rumbos diferentes.
B. Hablé ya de ella aquí. Tan pronto acabé la universidad me marché a vivir a otro lugar de España. Ella acabó la universidad un año más tarde que yo y también hizo lo mismo. La vida dio muchas vueltas hasta que nos reencontramos hace dos años y pude cerrar las heridas del pasado. Ahora seguimos en contacto y sé que no podré evitar hablar de ella en un futuro.
C. Fue una compañera de facultad con la que viví una historia intensa cuando yo tenía las horas contadas para irme de mi ciudad. Ella conocía de antemano mis planes para irme y fue lo suficientemente generosa para no interponerse. Siempre supe que me arrepentiría de dejarlo con ella pero necesitaba vivir muchas cosas lejos de casa. Supongo que el paso del tiempo ha mitificado su recuerdo. Ella es la única de la que no sé nada.
D. Es la chica con la que más tiempo he estado en una relación. La única con la que llegué por un tiempo a sentirme con ganas de pasar el resto de mi vida juntos. Cuando todo acabó ella se esforzó por convertirse en una persona que ahora me resulta una perfecta desconocida.
E. Es una amiga de mi ciudad con la que me lancé a una aventura a distancia. No funcionó. Y ahora seguimos siendo amigos casi como lo éramos antes. Lo cual no sé si es buena señal o no.
F. Es una ex-compañera de trabajo con la que viví mi primer flechazo fulminante que terminó en relación. A estas alturas de la vida... La relación fue un desastre desde casi el principio. Empezamos a salir juntos a las dos semanas de ser presentados y así no fue. Fue una historia muy rara. Nos sentábamos mesa con mesa en el trabajo disimulando durante ocho horas para que nadie supiera lo que había entre los dos. Luego vino la ruptura, el distanciamento y la amistad.
Seis relaciones. ¿Es mucho o poco pasada la treintena? Siempre sentí que arrastraba una brecha entre el desarrollo de la mayoría de las facetas de la vida y la experiencia sentimental. Todo para mí empezó tarde y así me llevó grandes hostias después de los 25. El triste consuelo fue que alguien cercano a los 40 me dijo por aquel entonces "Desengáñate, nunca se aprende". Lo novedoso para mí ahora es que por primera vez en mi vida se ha calmado el afán de explorar y descubrir. Como si hubiera cubierto el cupo de experiencias, tortas y vivencias. Por primera vez tengo ganas de estar con alguien para siempre. No en un sentido físico con casa e hipoteca. Me daría igual cambiar de ciudad o país cada dos, tres o cuatro años. Ahora creo saber lo que quiero. Y lo que es aún más importante: Lo que creo que funcionaría. Pero sospecho que ya es demasiado tarde. Quemé las naves hace ya tiempo.
A. Fue la primera chica con la que estuve. Tuvimos una relación efímera de "amigos con derecho". El grupo en el que coincidimos implosionó al poco tiempo y nuestras vidas cambiaron radicalmente tomando rumbos diferentes.
B. Hablé ya de ella aquí. Tan pronto acabé la universidad me marché a vivir a otro lugar de España. Ella acabó la universidad un año más tarde que yo y también hizo lo mismo. La vida dio muchas vueltas hasta que nos reencontramos hace dos años y pude cerrar las heridas del pasado. Ahora seguimos en contacto y sé que no podré evitar hablar de ella en un futuro.
C. Fue una compañera de facultad con la que viví una historia intensa cuando yo tenía las horas contadas para irme de mi ciudad. Ella conocía de antemano mis planes para irme y fue lo suficientemente generosa para no interponerse. Siempre supe que me arrepentiría de dejarlo con ella pero necesitaba vivir muchas cosas lejos de casa. Supongo que el paso del tiempo ha mitificado su recuerdo. Ella es la única de la que no sé nada.
D. Es la chica con la que más tiempo he estado en una relación. La única con la que llegué por un tiempo a sentirme con ganas de pasar el resto de mi vida juntos. Cuando todo acabó ella se esforzó por convertirse en una persona que ahora me resulta una perfecta desconocida.
E. Es una amiga de mi ciudad con la que me lancé a una aventura a distancia. No funcionó. Y ahora seguimos siendo amigos casi como lo éramos antes. Lo cual no sé si es buena señal o no.
F. Es una ex-compañera de trabajo con la que viví mi primer flechazo fulminante que terminó en relación. A estas alturas de la vida... La relación fue un desastre desde casi el principio. Empezamos a salir juntos a las dos semanas de ser presentados y así no fue. Fue una historia muy rara. Nos sentábamos mesa con mesa en el trabajo disimulando durante ocho horas para que nadie supiera lo que había entre los dos. Luego vino la ruptura, el distanciamento y la amistad.
Seis relaciones. ¿Es mucho o poco pasada la treintena? Siempre sentí que arrastraba una brecha entre el desarrollo de la mayoría de las facetas de la vida y la experiencia sentimental. Todo para mí empezó tarde y así me llevó grandes hostias después de los 25. El triste consuelo fue que alguien cercano a los 40 me dijo por aquel entonces "Desengáñate, nunca se aprende". Lo novedoso para mí ahora es que por primera vez en mi vida se ha calmado el afán de explorar y descubrir. Como si hubiera cubierto el cupo de experiencias, tortas y vivencias. Por primera vez tengo ganas de estar con alguien para siempre. No en un sentido físico con casa e hipoteca. Me daría igual cambiar de ciudad o país cada dos, tres o cuatro años. Ahora creo saber lo que quiero. Y lo que es aún más importante: Lo que creo que funcionaría. Pero sospecho que ya es demasiado tarde. Quemé las naves hace ya tiempo.
No eres el único que está haciendo balance de sus relaciones, en un momento en que se neceita algo mas...
Un beso.